No sé si a ti te pasa, que cuando terminas lo que viene en
un envase de vidrio, te da pena deshacerte de él… sobre todo si éste tiene una
forma especial, o algún detalle que lo hace un poco diferente.
A mí me sucede a menudo, y entonces los guardo y me digo,
¡seguro que se me ocurre algún modo de volver a utilizarlos!
Bien, pues eso es lo que me ha ocurrido con las piezas que
te muestro a continuación…
Estos eran unos frascos de sales de baño y una botellita de
zumo, que como tienen diferente forma y altura, quedan genial si los colocas
juntos con unas flores en los mismos tonos, que son las que dan unidad al
conjunto; eso y que los tres son de vidrio transparente.
Este otro también era una botellita de zumo (¡no me digas
que no da pena tirarla!), a la que le he puesto un cordón de rafia y unas
flores secas, para colocarla junto al espejo.
En cuanto a estos… estos eran tarros de crema, que me
parecen ideales por su tamaño para guardar esos botones de repuesto que traen
las prendas de ropa que compramos, y que si no acaban perdidos por algún cajón,
y cuando los necesitamos nunca aparecen.
También podemos utilizarlos de pastilleros. Incluso si
tenemos que tomar pastillas a diario (bien nosotros o algún familiar), podemos
tener uno para cada día de la semana que contenga la correspondiente
dosificación. Y podríamos colocarlos todos juntos sobre una bandeja para
tenerlos a mano.
Este era un dosificador en spray que he recargado con mi
eau de toilette, y personalizado con un lazo y una etiqueta a juego
con el baño.
Y por último, quiero compartir contigo estos porta-velas de
vidrio, que no son otra cosa que envases de yogures, que puedes colocar
formando distintas composiciones que llenan de luz cualquier rincón.
De momento esto es todo.
1 comentario:
Buena entrada , a mi tambien me gusta reciclar tarros .
Besos !!
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